dimecres, 1 de juliol del 2009

Fins i tot els teòlegs més progres donen suport al papa sobre els preservatius

La pobra Txell estava una mica moixa perquè havia rebut un missatge d'un anònim que es presentava com a catòlic i que li retreia a la meva alter ego que s'havia equivocat defensant el papa en el tema dels condons. Li deia l'anònim que no passava res si el papa s'equivocava en qüestions secundàries, que ella mateixa ho havia dit...

I resulta que ara ve a socórrer la Txell qui menys s'esperava que ho fes: José Ignacio González Faus, el teòleg jesuïta, normalment força antipapa (també aquest cop, que escriu algunes frases que ara no reproduiré perquè no vénen a tomb). Abans-d'ahir escrivia a La Vanguardia:

Gracias a los media el único recuerdo vivo (es refereix al viatge del papa a Angola) es que "el Papa condenó los preservativos".

Titulares malintencionados ("El Papa desautoriza en África los preservativos") dieron la sensación de que eso había sido dicho en un discurso. Y así, una frase que fue sólo una respuesta dada en el avión a la pregunta de cuatro periodistas, y que no iba en ningún texto papal, eclipsó todo lo demás, dejando una sensación falsa: porque el Papa esta vez no pronunció ninguna condena moral; se limitó a decir que no le parecía una solución global del problema.

Hubiera sido más veraz un titular como: "El Papa pide en África tratamiento gratuito para los enfermos de sida" (que así fue). Pero si propones eso a un periodista, responderá como los economistas neoliberales: "Tú no entiendes de periodismo". La norma fundamental es: no dejes que la verdad te estropee un buen titular. Y esa tergiversación le valió a Benedicto XVI la acusación de genocida y una propuesta de reprobación en el Parlamento. El espíritu medieval de la caza de brujas pervive en las personas humanas aunque, gracias al progreso de las estructuras, no las cacemos de manera tan bestia como antaño. Y entretanto, las farmacéuticas, las más culpables de la extensión de la epidemia, se frotan sigilosamente las manos.

Creo estar a años luz del Ratzinger de hoy (me siento más cercano al que conocí en Tubinga en 1966). Y no dudo de que, con la moral más tradicional (la de nuestros siglos XVI y XVII, no la de hoy), es defendible la licitud al menos parcial del preservativo. Pero una canallada no deja de ser canallada porque se la hagan a un enemigo. Además, me gustaría conocer ¡una sola persona! que (se) infectara por abstenerse del condón en obediencia a Roma: con el descrédito actual de cuanto dice la institución romana en este punto, tengo la certeza de que nadie hace caso de esa prohibición entre las gentes expuestas al contagio.

Por otro lado, que el preservativo no es solución global lo dicen especialistas en el tema de África, de Harvard o de Washington. Fundamentalmente por dos razones: en África resulta muy contrario a la cultura africana. La resistencia al preservativo es allí de carácter cultural: cooperantes y religiosas que trabajan en estos campos pueden confirmarlo. Y un cambio cultural no se hace por imposición ni en pocos años.

En el mundo rico el preservativo genera un exceso de confianza que multiplica la promiscuidad. Y hay una resistencia que no se da sólo en África: en la España progre de hoy conozco clientes de prostitutas que rechazan a la mujer si esta les pide ponerse el condón: "Ahí te quedas, ya encontraré a otra". Y es que, cuando sólo cuento yo, todo lo demás está de más. Cualquier catalán conoce el chiste de aquel señor al que no le salían los presupuestos porque siempre comenzaba: "Vint de vi". Pues bien: quizá el Papa sólo quiso decir que si comenzamos siempre con "vint de fotre" no nos saldrán los cálculos.

(...) Puestos a reprobar, ¿no sería mejor reprobar a los periodistas que hicieron una pregunta cuya respuesta conocían de antemano y con la que sólo buscaban armar camorra? Porque hoy los media se han convertido en una especie de iglesia que no se equivoca nunca, tienen siempre la última palabra, son crueles con sus críticos y se arrogan una autoridad parecida a la de los apóstoles ("lo que ataréis en el papel quedará atado en la realidad, y lo que ignoréis en el papel queda fuera de la realidad"). (extracte de l'article publicat a La Vanguardia el 29 de juny del 2009)


La Txell ha quedat ben tranquil·la.

Benet XVI i els condons
Més sobre el papa i els preservatius
Més sobre l’Àfrica, el papa i els preservatius
El papa hauria de dir a Berlusconi: "Silvio, utilitza preservatiu"

-----